jueves, 17 de noviembre de 2011

UNIDOS POR EL INTERÉS PERSONAL


El pretendido lema unificador utilizado como excusa para activar un frente común nacionalista de cara a las elecciones generales del 20N no deja de ser solo un mensaje lejano de la realidad pero cercano a los intereses de quienes lo esgrimen. El “Unidos por Canarias”, se cae por su propio peso si analizamos cual ha sido el proceder de algunos de los integrantes de ese pacto electoral, máxime cuando al frente de las candidaturas permanecen una serie de personajes que ejemplarizan el término de cadáveres políticos.
Si nadie conociera el recorrido histórico de Coalición Canaria y Nueva Canaria y los desencuentros que originaron la desintegración en su momento de la primera fuerza nacionalista igual nos creeríamos algunos de sus mensajes, pero teniendo en cuenta quiénes protagonizan la película la credibilidad de sus intenciones es más que dudosa.
Las dos fuerzas han llegado a un pacto que para Coalición Canaria en Gran Canaria va a suponer el alejamiento de determinados grupos de apoyo que surgieron para las autonómicas y que hicieron subieran sustancialmente en número de votos y este apoyo vino dado por el desencanto existente hacia Nueva Canaria y el exceso de protagonismos de sus cabezas visibles, que lejos de dar un relevo a nuevas generaciones se siguen perpetuando en la ostentación de poder. Los dos cabezas visibles del pacto electoral, Pedro Quevedo y Paco Aureliano, no dejan de ser referentes de una forma de hacer política recalcitrante, engreída y soberbia, que han ido dejando un reguero de acciones desafortunadas en su trayectoria política.


De cara a la intención de voto para estas elecciones, muchos de los simpatizantes de una y otra fuerza van a hacer patente su rechazo a esta unión interesada. El ejemplo más cercano ha sido lo ocurrido en el Cabildo Insular de Gran Canaria, donde el pacto con el CCN resultó una pifia donde la puñalada traidora no tardó en llegar desplazando del gobierno insular a los consejeros de CC.
Si retrocedemos un poco más en el tiempo, recordar la espantada de Román Rodríguez en 2007 en el Congreso de los Diputados dejando a Coalición Canaria sin grupo parlamentario. Esta acción fue una carga negativa para Canarias en cuanto a la consecución de recursos económicos cuantificables, ya que en una actitud soberbia y revanchista tomó decisiones que perjudicó a las islas. En concreto para Valsequillo supuso la pérdida de 2 millones de euros al votar en contra de dos enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado. Un millón de euros para el Proyecto Barranco y otro para la construcción de las nuevas Casas Consistoriales.
Con esta carga histórica y los antecedentes que acumula Nueva Canarias, personalizados en sus cabecillas, es muy difícil creer que si consiguen Grupo Parlamentario Propio no fuercen la máquina de forma interesada e insolidaria intentando imponer propuestas que les beneficien a ellos políticamente, sin tener en cuenta los intereses de Canarias en general. Utilizando además esa representatividad para presionar y coaccionar a la hora de la toma de decisiones de este pacto sostenido con imperdibles. Ya se sabe que donde hubo siempre queda y volverán a reproducir viejos y nefastos hábitos a las primeras de cambio.
Pero además de todo esto, muchos entendemos que Coalición Canarias se ha equivocado con este pacto electoral, porque a veces más vale ir solos que mal acompañados y porque esta acción ha supuesto una ruptura con las fuerzas y figuras más representativas de Gran Canaria. Al margen, se deja entrever que Nueva Canarias, después de las reticencias iniciales se avino a este pacto son la clara intención de anular el resurgimiento habido en las autonómicas por parte de CC, de manera que esta acción les reportara el convertirse en el único referente nacionalista de la isla. Este hecho va a restar más que sumar y en estos términos ya se han definido fuerzas como Asamblea Valsequillera y otras que han visto que un nacionalismo fuerte no pasa por dar un cheque en blanco a individuos que con tal de conservar el poder les da igual los medios. Lo más cercano han sido los pactos de NC con partidos de cabecillas corruptos como Dimas Martín o González Arroyo.
Por otra parte, desde mi óptica personal, se debe producir un cambio radical en el ideario del nacionalismo canario, con un cambio generacional profundo, desapareciendo quienes hasta ahora no han sido más que una rémora para el mismo. ¡Qué distinto hubiera sido si esta oportunidad se hubiera aprovechado para suprimir del panorama político a personajes muy cuestionados popularmente, tales como Pedro Quevedo, Román Rodríguez, Carmelo Ramírez, Paco Aureliano!, dándole el relevo a nuevas caras que generaran más ilusión y expectativas.  
Desde aquí me muestro totalmente contrario a la polarización política que está suponiendo el bipartidismo PP-Psoe a todos los niveles;  pero también rechazo el coste social, político y económico que ha supuesto para Canarias el bipartidismo nacionalista CC-NC donde el exceso de ombliguismo y personalismo de sus cabecillas ha supuesto para las islas una merma en el estado del bienestar.
En todo caso, de cara al 20N, mi opción la tengo tomada y no es ninguna de las expuestas con anterioridad. Ahora cada uno que reflexione y tome su decisión, pero que esta sea verdaderamente alternativa y esperanzadora. Tener más de lo mismo, para mí no es lo adecuado.


Juan Antonio Ojeda Muñoz

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